lo creas o no
con vos
todo fue
nuevo
Mis hermanas y mi vieja que se pelean
mi casa que es un caos
el perro que me muerde la zapatilla y no me deja salir
el bondi que no llega
la lluvia que no para
el pibe que escupe
el colectivero que insulta
el ruido que aturde
la capucha que esconde mi tristeza
los auriculares que tapan los pensamientos
la mina que empuja
y el tipo que se queja
el otro tipo que también se queja
las baldosas flojas que ensucian
y de repente
te veo llegar
y todo valió la pena
y no tuve que tener puesta la capucha
y me saque los auriculares
para escucharte reír
y me hiciste olvidar
el quilombo que es todo esto.
Estoy al borde
No hay equilibrio
En la suma de factores
De tenerte y darte
Mil razones
Para que no te vayas mas
De acá
Sostenes la realidad
A tu antojo
Sin mirar atrás.
Te voy a hablar
De todos los suspiros
Que me callo cuando me besas
Y probaras de reojo
Aquello que suena a eternidad.
Te juro
Que soy
La persona
Más indecisa
Del mundo
Pero aún asi
Estoy seguro
De que
Te quiero
A vos
Siempre.
Somos los que somos cuando estamos frente al mar.
El mundo es un poquito eso, no? Estar frente al mar. Somos nosotros, solos o acompañados por otra gente, frente a un muro que cada tanto nos moja los pies con su inmensa realidad.
¿Será que el nivel de profundidad al que me atreva a sumergirme, delimitara el grado de problemas que lograré sobrellevar en la vida?
Y si nuestra valentía se viera definida en nuestros primero encuentros con el mar?
Es muy loco ver a los niños jugando. Hay de todos los tipos. Y cada uno con una tipo de reacción diferente al momento en que el mar les moja los pies.
Algunos ayudados por sus padres, y otros, más solitarios, que se le animan al gigante ellos sólitos.
Corriendo para que no los toque la ola, o sumergirse hasta sortearla victorioso.