Sus ratones no dan tregua. Me dicen guacho, robaste,qué hacés con tremenda yegua!
Entonces yo les comento que vos derrochas dulzura,y ese rasgo en tu hermosura produce
una envidia sana. Menos mal que no les cuento lo que hacemos en la cama. Me enloquece
tu mirada,me atropello con tus labios y entre salivas resbala
el mensaje de los sabios.
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