No dejamos de jugar porque estamos viejos. Nos ponemos viejos por que dejamos de jugar. Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días. Tenemos que encontrar un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y no lo saben, no tienen idea! Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si yo tengo 22 años y me quedo todo un año en la cama sin hacer nada productivo me voy a convertir en una persona de 23 años, nada mas. Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio. No hay que arrepentirse de nada.
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