Lo malo de enamorarse de una sonrisa y de una mirada es que sabes que son únicas y que nunca, nunca nunca, te van a volver a sonreír ni mirar así. También te pueden destruir el ego, y tirar por la borda ese poco de dignidad que quedaba.
Lo bueno es que sabes que esa sonrisa y esa mirada son reales. Y las podes hacer tuyas, y jugar, y encontrarle formas, y enamorarte mas y mas hasta ahogarte en un suspiro sin fin y perderte durante horas observando esa combinación de éxtasis celestial.
Tengan cuidado. Las sonrisas y las miradas... son peligrosas.
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