La paz me violenta, el silencio me hace gritar, y el amor a la vida me da ganas de matar. Si
pudiera tomar nota de mí mismo todos los días sería una manera de no
perderme, de enlazarme, porque es indudable que me huyo, no me escucho,
me odio y si pudiera divorciarme de mí no lo dudaría y me iría. Quiero
transformar la rabia en energía creativa y la culpa en una burlona aceptación de mis fallas; quiero barrer hacia afuera la arrogancia y la
vanidad. No me hago ilusiones, nunca alcanzare el desprendimiento
absoluto, la autentica compasión o el estado de éxtasis de los
iluminados, parece que no tengo huesos de santo pero, puedo aspirar las
migas: menos ataduras, algo de cariño hacia los demás, la alegría de una
conciencia limpia.
Escapar de uno mismo,volar sobre el abismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario