martes, 3 de agosto de 2010

L'amour et l´ deception,quinta parte

Volví al apartamento desconcertado. Esa misma noche apareció De Gaulle en televisión pidiendo “una participación mayor de todos en lo que nos concierne”, mientras que 30.000 personas marchaban hacia el palacio de la Bastilla, y otro grupo se disponía a asaltar la Bolsa, destrozando todo e incendiando el edificio, y para luego enterarnos que a nuestro líder del movimiento, Daniel Cohn-Bendit, fue obligado a exiliarse en Alemania. Esto último me dejo pensando. Recordé a María minutos antes de que ella se me acercara aquel día imborrable en mi memoria, estar junto a Daniel. Y si tal vez… No, no me quería arriesgar a tan atropellada idea. Todos sabíamos que si Daniel tuvo que exiliarse, habría sido a la fuerza, y todavía la noticia era muy reciente como para saber si todavía seguía con vida. Cansado de tanto barullo mental, decidí recostarme un rato para calmar mi desconsuelo.
La mañana siguiente fue muy atropellada. Mis compañeros de apartamento llegaron en mitad de la noche, agarraron todo lo que pudieron, y se fueron sin mas, dejándome solo. París estaba en llamas prácticamente. La noticia del exilio de Daniel, y luego el comunicado de De Gaulle a elecciones, en las calles se había logrado una calma relativa mediante la esperada disolución de manifestaciones en el momento en que se obtuvo una promesa acompañada por mejores salarios y condiciones para los trabajadores. Me habían dejado una carta cuando todos se fueron. La misma tenia aspecto extraño, como si trajera malas noticias. No tenia remitente, solamente se leía claramente a quien iba dirigida. Con letra manuscrita, muy bien estilizada, y en tinta negra se leía mi nombre. La letra no me pareció para nada familiar. El solo hecho de verla toda cerrada, por algún extraño motivo me daba mala espina. Recapacite ante este hecho. ¿Me había enfrentado a policías armados, que podrían haberme matado en un santiamén con tan solo apretar el gatillo, y una simple carta me daba más miedo?
Comencé a juntar todas mis pertenencias. Las marchas ya no eran necesarias, y dado que la gente con la que compartía aquí en París se había esfumado, no me vi con otro destino que el de volver a mi hogar, a mi antigua universidad, seguir mis estudios, y sobre todo, seguir con mi vida. Pero algo muy en el fondo de mi conciencia me decía que antes de irme tenia que resolver el misterio de María. Y parecía que la carta que tenia entre mis manos era lo que podría llegar a ser una respuesta a ese misterio. Me arme de valor abrí el sobre y comencé a leer.




Se viene el final.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ya te voy diciendo, dame un año más en la facu y te edito el libro!!! Este comentario queda como testigo :) Creo que con eso no hace falta que te diga que me gusta mucho como va la historia.

Guillermo dijo...

Dame un año mas y ya estoy cayendo el backflip. :D

Marina Belén dijo...

Nooo el final noo! Lo tenés que hacer mas largooo!
De verdad es muy buena la historia, me gusta muchisimo el contexto en el que se da, los personajes, todo!
Un beso!